Una estación base tiene una capacidad limitada de gestión de tráfico telefónico, de conversaciones. Ello
depende de la configuración radio que la operadora haya dispuesto. En zonas despobladas, la estación
tendrá la electrónica necesaria para cursar diez conversaciones simultáneas por ejemplo, y en ciudades
cien. Y no es cuestión de potencia, como mucha gente piensa. Es cuestión de pura configuración del
equipo de radio. La potencia con la que radia la estación base (lo más temido por los ciudadanos)
dependerá del rango de cobertura (la superficie o Km2
) que se pretendan cubrir. En el campo bastará una
estación base cada muchos Km2
, sin embargo, en las ciudades se necesitarán cada dos manzanas de
casas. Y la única razón es el tráfico esperado por las operadoras. En el monte apenas habrá
conversaciones y en las ciudades las hay a miles. Justamente para tener la sensación de que “tenemos
línea”, las operadoras equipan muchas estaciones base en las ciudades. La estación base rural tendrá que
radiar con tanta más potencia cuanta más superficie deba cubrir. Por el contrario, en entornos urbanos no
es necesaria la potencia porque a pocos metros de distancia se encuentran las estaciones base vecinas
que conforman el entramado de celdas hexagonales solapadas que cubran perfectamente la ciudad. Por
eso no hay peligro en la potencia con que radian estas instalaciones.
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